Fecha Publicación: 22/10/2025 17:39:51 pm
Potencial. El socio de Garrigues señaló que, hacia adelante, podría producirse una recuperación relevante del mercado de fusiones y adquisiciones (M&A), sustentada en tres factores: la estabilidad política posterior a las elecciones, la reactivación de la inversión pública e infraestructura y el creciente interés en activos vinculados a la transición energética.
Sobre el impacto electoral, los expertos consultados indicaron que aún es temprano para determinar si será un efecto leve o significativo. Si el Gobierno demuestra apertura al mercado, estabilidad institucional y capacidad de gestión, con bajo nivel de conflictividad social y señales de continuidad hasta el 28 de julio del 2026, el impacto podría ser reducido o incluso nulo.
De acuerdo con información de la consultora Transactional Track Record (TTR), entre enero y agosto último el mercado peruano de fusiones, adquisiciones y capital de riesgo registró una caída de 32% en el número de transacciones y de 38% en el valor total negociado, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Pero ¿qué tendencias podrían marcar su evolución en lo que resta del año?. Juan Carlos Escudero, socio de la práctica de Corporativo/m&a de CMS Grau señaló que el perfil de los inversionistas en el mercado peruano ha experimentado una transformación relevante.
Si bien en el pasado predominaban los capitales norteamericanos y canadienses con foco en minería, hoy se observa una creciente presencia de inversionistas chinos y europeos, muchos de ellos con participación estatal.
“Estos actores estratégicos muestran una mayor tolerancia al riesgo político cuando el activo garantiza la seguridad de sus cadenas de suministro globales. En contraste, Chile, México y Colombia atraen inversionistas más diversificados, incluidos fondos de venture capital y private equity, con apuestas significativas en sectores de alto crecimiento como tecnología, fintech y salud”, precisó.
Por su parte, Óscar Trelles, socio director de la oficina de Lima de Cuatrecasas, añadió que los inversionistas extranjeros que arriban al Perú suelen estar especializados en minería, energía y recursos naturales, con una mayor disposición a asumir riesgo país y horizontes de inversión de largo plazo.
En cambio, en Chile predominan fondos y corporaciones interesados en sectores más diversificados y con menor exposición a la volatilidad política, dada la madurez de su mercado.
“Colombia, en tanto, ha contado tradicionalmente con alta inversión local y un atractivo especial para los capitales extranjeros por su diversificación y profundidad de mercado, aunque esa fortaleza se ha debilitado a raíz de la actual crisis política”, observó.
Desde otra perspectiva, Sergio Amiel, socio del área de Derecho Mercantil en Garrigues, consideró que no existen diferencias sustanciales en el tipo de inversionistas que operan en Perú, Chile o Colombia.
“En general, se trata de actores estratégicos o fondos especializados que buscan activos con potencial de valorización en el mediano y largo plazo”, afirmó.
Incertidumbre política
Ante la consulta sobre cómo la coyuntura política y regulatoria del país incide en la percepción de riesgo de los inversionistas internacionales frente a países como Colombia o Argentina, Trelles, socio director de Cuatrecasas, señaló que el reciente cambio de gobierno introduce un nuevo factor de incertidumbre para el mercado.
“Es previsible que haya algún efecto en las inversiones y, por extensión, en la actividad de fusiones y adquisiciones”, comentó.
Trelles matizó, sin embar
go, que la magnitud del impacto dependerá de la evolución del contexto político. “Aún es temprano para determinar si será un efecto leve o significativo. Si el Gobierno demuestra apertura al mercado, estabilidad institucional y capacidad de gestión, con bajo nivel de conflictividad social y señales de continuidad hasta el 28 de julio del 2026, el impacto podría ser reducido o incluso nulo“, anotó.
Sin embargo, advirtió que si se reanudan etapas de protestas y turbulencia política que generen dudas sobre la duración del Gobierno o el proceso electoral, es probable que la actividad de M&A se vea seriamente afectada.
Por su parte, Escudero, socio de CMS Grau, sostuvo que la fragmentación institucional, la conflictividad social y la limitada gobernabilidad continúan elevando la percepción de riesgo país, pese a que el Perú mantiene un marco macroeconómico sólido y reglas claras para la inversión extranjera.
“Frente a Colombia, el Perú presenta menor polarización ideológica, aunque ambos enfrentan desafíos regulatorios. Cada vez más, los inversionistas entienden que economía y política no van por cuerdas separadas: sin instituciones sólidas y previsibilidad jurídica y regulatoria, el atractivo macro pierde valor”, subrayó.